domingo, 8 de febrero de 2009

¡¡NO ME ENCUENTRO!!

En un ataque de histeria estudiantil, con plena época de exámenes encima y yo a medio entender las cosas del examen de mañana por la mañana, he encontrado la llama. Ya hacía tiempo que el terapeuta me invitó a ir a su consulta, y hoy quizá le envíe esta misiva desesperada.

Muchos sabéis lo observador que yo soy, y a veces me juega malas pasadas, porque se pueden observar muchas cosas, pero el problema está en cuando queremos arreglar las penosas vidas de los que alrededor vemos, cuando aún queda por arreglar nuestra propia vitae.

Hoy me he dicho que la gente hace muy mal en ir por ahí engañando. Lo he vuelto a corroborar: me gusta la verdad y mirarla de frente y que todos la puedan ver. Pero, ¿de verdad la miro? ¿A veces sólo quiero mirar la parte de verdad que no me molesta? ¿Una verdad a medias no parece que sea digna de llamar verdad, no? Entonces debe pasarme que no termino de mirar a la verdad, bueno, todo queda por aprender. La perfección es muy difícil de lograr. Aunque me parece necesario para la supervivencia humana no dejar de ansiarla y buscarla. Quizá sin ella perderíamos la ilusión por todo.

¿Qué nos hace tener ilusión? A veces es sólo la envidia de lo que otros tienen o han conseguido; o la posible (y consiguiente) ambición de ser o tener algo que nos hará estar bien vistos y reconocidos. Me pregunto, ¿se puede uno ilusionar de una manera pura? Cuando somos niños ya nos ilusionamos de lo que otros niños tienen, de lo que nuestros padres hacen, o de lo que vemos en la caja tonta. ¿Puede pasar que nos ilusionemos por algo sin más? ¿O tiene que ser alguna clase de contagio, como una intoxicación?

A veces en ese intento de buscar la motivación podemos poner mucho empeño en ser constantes en hacer algo que nos permita conseguirlo. Pero qué simples somos a veces, que de seguida se nos vienen las dificultades y lo abandonamos todo, pensando que no vale la pena tanto esfuerzo, que para qué, si me puedo conformar con menos y ser feliz.

Los hombres mediocres, que no saben qué hacer con su vida, suelen desear el tener otra vida más infinitamente larga; dijo Anatole France, un escritor francés (que en encontrado en Google). En esta vida en la que prácticamente todo esta al alcance de la mano, que no hay que andar kilómetros para traer el pan a casa, sino que nos traen la comida a casa en 20 minutos tras una llamada telefónica. En los tiempos que corren en que el saber está más universalizado que nunca y en los que las relaciones personales no entienden de raza, frontera, distancia o idioma, nos conformamos con eso poco.

Eso sí, cuando se trata de los demás, lo esperamos todo: respeto, comprensión, ayuda, cariño, diversión, trabajo, constancia, fidelidad....

La pena es que ya ni eso:
Últimamente creo que nos exigimos a nosotros mismos en la medida en que a los demás, aplicando la máxima de no hacer a los demás nada que no queramos que nos hagan a nosotros. Así, si no queremos que se nos exija, pues no exijamos, ni siquiera a uno mismo, no vaya a ser que después me vengan a pedir lo que me conformo con no tener. ¿Para qué esforzarse?

No. Prefiero quedarme con esta idea: sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento – William Somerset Maugham. Ciertamente, ahora no estoy en mi mejor momento. Pero busco la ilusión, y muchas veces va conmigo, aunque a veces se me olvida en el arcén y ando como un loco buscándola desesperadamente.

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Nombre: Victor Man.
Blog: no tiene.
Relación: Gran amigo.
Tras adjetivos que lo describe: bastante observador, reflexivo y morboso.
Sus palabras al darle la noticia que participará en La Terapia: un cameo? que guay!!, eso me recuerda a un capítulo de Mujeres Desesperadas en que..... [....] [....] o si no en aquel otro de Sexo en Nueva York que pasaba que ..... [......] [.......] [......] eehhh? qué pasa? no me ignoréis que es verdad.

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