domingo, 8 de marzo de 2015

“Una chica desea conocerte” (by Antonio Barbanegra Iñárritu).


(En una cornisa a unos 15 pisos sobre el suelo).

“Da ganas de suicidarse.

¿Creo que con 29 años voy a mejorar? Con una mierda de trabajo, ganando un triste sueldo, sin posibilidad de independizarme y sin pareja.

Da ganas de suicidarse, en serio.

Ya la vida más no me puede aportar. Ni yo puedo conseguir más de lo que tengo. Esto será mi vida hasta que decidan llevarme a la caja o libremente decida volar como un pájaro, sobre esta cornisa.

Un compañero mío me dijo una vez: “Sin antes de los 25 no has conseguido lo que querías, tu vida ya estará sentenciada para el resto de los días”. Cuatro días después de cumplir los 32, se tomo una caja entera de pastillas. Su cuerpo está en uno de esos nichos del cementerio de la ciudad.

Juego con el pie izquierdo sobre la cornisa, como dando un paso hacia el vacío.

Aspiro. Veo la gente pasar andando con tranquilidad bajo mis pies. Sin mirar hacia arriba.

-          Tírate ya, tío. – me dice una voz  detrás mía.

Me giro. Es un señor trajeado sentado en una silla de playa. Soy el otro yo pero trajeado.

-          ¿A qué coño esperas? Tírate. Ya te lo dijo tu compañero. No vas a conseguir una mierda hasta el resto de tu jodida vida. Esto va a ser una y otra vez todos los días:


Te va a sonar el despertador. Te levantas, desayunas, te cambias y sacas al perro. Conduces durante 30 minutos hasta tu trabajo.

Te sientas en esa silla y a vender. No te vas a comunicar con nadie más, solo con tu compañero de al lado, un traicionero hijo de puta que su único objetivo es putear los demás para conseguir, mínimo, el puesto de tu superior.

Te irás a comer al mediodía. Un sándwich de mala muerte dentro de tu viejo coche. Cogerás la mochila y te pasaras por el gimnasio que llevas matriculado tres años.

Te esmerarás en el ejercicio, serás tenaz, pero lo único que te motiva ese ejercicio es gustarle a una chica que no quiere nada contigo. Solo que lo entretengas.

Volverás a tu puesto de trabajo, porque esta España no esta preparada para que tengas jornada intensiva. Echarás las tres horas que te quedas y a casa.

Otra media hora conduciendo. Besarás a tu madre. Saludaras a tu padre. Los dos tumbados en el sofá del comedor, rendidos de esta vida.

Subirás a tu dormitorio. Te tirarás a la cama. Te sonará el móvil.

“Una chica desea conocerte” te dice una notificación del móvil. Te meterás, verás sus fotos, es una gorda y no le escribirás.

Pasará de ti, pero una compañera de curro te escribirá en privado. Querrá que la calientes, que le digas cosas guarras y que los dos os toquéis.

Le escribirás cosas guarras, ella se tocará pero tú fingirás que te tocas. No estarás de ánimos para machacártela.


Te pondrás el pijama y te quedarás viendo la tele, pero sin prestarle atención. Pensativo.


Hasta que te de el sueño.


Te va a sonar el despertador. Te levantas, desayunas, te cambias y sacas al perro. Conduces durante 30 minutos hasta tu trabajo…


-          ¡Qué emocionante será tu vida! – me dice irónicamente.

-          Voy a tirarme. – le contesto. Se levanta de la silla, se plancha con la mano un poco el traje y se me acerca al oído.

-          Quiero verlo… - me dice susurrando.

Avanzo el pie derecho. Dejo el cuerpo caer.


El yo trajeado se plancha con la mano el traje. Se arregla la corbata y el cuello de la camisa. Se saca del bolsillo interior de la chaqueta un reproductor mp3. Se pone los auriculares y le pulsa al play.  Suena “Don’t let me be misundertood. “ de Brent Smith.

Mientras baja las escaleras de emergencia del edificio, va chasqueando los dedos y moviendo un poco la cabeza, la cintura y los pies al ritmo de la música.

Muy de lejos se escucha gritos y una ambulancia.

Sigue bajando pisos por las escaleras hasta el séptimo.  Abre la puerta de la oficina, saluda a sus compañeros con el mp3 puesto aun en los oídos, se sienta en la silla y se pondrá a vender. No se comunicará con nadie, solo con el compañero de al lado, uno traicionero hijo de puta que su único objetivo es putear a los demás para conseguir, mínimo, el puesto de su superior.

sábado, 28 de enero de 2012

De reformas

-- ESTAMOS DE REFORMAS--

Para cualquier aclaracion, mandar un tweet a @terapia_whisky.

domingo, 20 de diciembre de 2009

La maceta

¿Sabes cual es la sensación que tengo? Es como una chimenea en mitad de un bosque, un bombero trabajando en una farmacia. Una pieza de puzzle que corresponde a otro puzzle, y que nunca, por mucho que quiera, no consigue encajar.

Esa es la sensación que tengo en esta mierda de ciudad, guiada por la monotonia, la superficialidad y el “Donde va Vicente, va la gente”.

Mi vida, aunque muchos no se lo crean, siempre fue así. Nunca fui entendido por los demás: ni en el colegio, ni el instituto ni siquiera en la Universidad. Siempre tuve ese par de amigos que les caía bien: tras terminar los exámenes nunca más me volvieron a saludar. Solo querían que les pasara los apuntes mientras ellos tonteaban con las chicas.

Siempre andaba solo. Cuando cumplí los 18 años y todos los vecinos y conocidos les revoloteaban las hormonas y salían a las típicas discotecas de ciudad, yo me quedaba en mi casa viendo alguna película. Mi madre, la pobre, se preocupaba. Decía que así nunca iba a tener amigos, nunca me iba a echar novia y que ya era hora que me despegara de su falda.

Yo siempre pensé, y lo sigo pensando, que la vida es como una obra de teatro. Cada uno de los que estamos sobre el escenario, tenemos un papel, un rol, y de ahí no podemos salir. Cada uno estamos hechos para cumplir dichos roles. Y si no lo cumplimos, destrozamos la obra.

Bueno, pues a mí me ha tocado hacer de maceta tras el escenario: soso, sin guión alguno y solo haciendo acto de presencia, porque con la maceta rellenamos el escenario. Y nunca se sabe cuando nos puede hacer falta. A otros les toca hacer de príncipe azul o héroe; a mí de maceta.

Una noche, como la mayoría, tras mi semana de trabajo y mí esperado fin de semana para hacer lo que hacia tras el trabajo: nada; decidí sentarme delante de la tele a ver unos dvds que me grabé con varias películas que me descargué. Todas de mi estilo: comedia, acción, romántica y alguna de animación, para recordar viejos tiempos.

Antes de disponerme a calentar el sofá con mi cuerpo serrano, decidí bajar a la bocatería que hay debajo de mi piso para comprarme un completo.

Bajé y mi gran sorpresa fue encontrarme a una antigua compañera de clase, del Bachillerato. Su nombre es Virginia.

Virginia era de esas chicas que solo la recuerdas por una cosa… o dos: su cara y su par de melo… de eso. Teníamos 17 años y todos estábamos con las hormonas revolucionadas. Me acuerdo de ponernos en el piso de arriba, asomados por la baranda que rodeaba el pasillo, y que daba a la entrada. Ella pasaba y todos nos quedábamos mirando al canalillo… Era nuestro momento “All Bran”.

Ella era un año mayor que nosotros. Eso hacia que nos gustara mas aun a todos los chicos de la clase. Solo venia a una clase: estadísticas, ya que le había quedado esa para aprobar el bachillerato y presentarse a la Selectividad. Cada vez que entraba por la puerta nos miraba con aires de superioridad. Parecía que nos dijera: “tengo un año mas que vosotros y estoy buena”. Pero eso nos encantaba a todos.

Allí, en la barra de la bocatería, me senté en un taburete, a unos escasos 100 cm de ella, pero supuse que si me conocía, solo me conocía de vista.

Mientras buscaba el periódico del día, ella se quedó mirándome. Yo notaba su mirada en mi nuca, y sin siquiera mirarle de reojo, notaba que estaba dándole vueltas a su cabeza, intentando buscar en el mínimo hueco de su memoria mi nombre.

- ¿Antonio? ¿Eres Antonio Martín? – me decía una vez que había desplegado el periódico. Miré hacia atrás, pero justo detrás mía tenia la salida. Seguí leyendo la prensa. - Oye, te estoy hablando. – Veo que sus aires de superioridad aun no se han bajado.
- ¿Es a mí? – le decía yo bajando el periódico de la altura de mi vista.
- ¿Ves a otro cerca? – me decía ella.
- Mmm… no…
- ¡Entonces! Sabes quien soy, ¿no?
- Mmm… no se…- me hacia el remolón, pero sabia perfectamente quien era. Todavía conservaba su canalillo.
- Hice un trabajo contigo…de estadísticas, en 2º de bachillerato, ¿No lo recuerdas? De variaciones y permutaciones. Un rollo.
- ¡Ahh! Si, claro. Tú eras la mayor de la clase, ¿verdad?
- La misma. En ese tiempo llevaba el pelo largo, negro – me decía ella. A medida que seguía hablando con ella, acercaba su taburete más al mío. - ¡Que tonta era la profesora! ¿Cómo se llamaba? Mmm… -pensaba ella.
- Inés.
- ¡Eso! Inés… como se nota que eras el empolloncillo… - me decía ella. Si, unas de mis “etiquetas” en la clase era empollón. Y lo único que hacia era atender en clase y sacar una media de un 6.
- Si, y bien que tu eras la chulilla de la clase. – le dije yo.
- ¡Oí! ¡Que el nene se ha rebotado! Pues bien que os gustaba a todos…
- ¿Quién te ha dicho eso?
- ¡Vamos, Antonio! Se notaba… nada mas entrar por la puerta de la clase, os quedabais boquiabiertos.
- Lo dirás por los demás… - le dije yo levantando nuevamente el periódico.
- ¡Ehh! Préstame atención… - me decía ella acercándose cada vez mas y quitándome el periódico de mi vista.
- ¡Rubia! – decía el camarero.
- Te llama… - le decía a ella, mientras nuevamente subía el periódico para seguir leyendo.
- ¡Rubia del periódico! ¿Es tuyo el completo? – baje despacio el periódico, asomando mis ojos acompañados con mis gafas y mirando al camarero. Virginia se empezó a reír.

Tras pasar ese mal rato y Virginia riéndose, decidí comerme el bocadillo en la barra, junto a ella. Nos pusimos a hablar de todo: antiguos profesores, antiguos alumnos, los rumores que de ella andaban en el instituto, mi poca fama en el instituto, sus ligues, mi ningún ligue…

Se hicieron las una de la madrugada. Y ella tenía que irse a trabajar. Trabajaba de camarera en un famoso local de la ciudad, a pocos kilómetros de aquí. Antes de despedirse, me dio una tarjeta donde ponía el nombre y la dirección del local. Tras la tarjeta me apuntó su número de móvil. Me dio un beso en la mejilla y me dijo un “Adiós” en suspiro.

Volví al piso, y allí me senté a ver una película. No quise darle al botón del “Play”. Me quedé pensando en esta noche y en que, durante un par de horas, encaje en esta estupida ciudad, o más bien en una pieza que pertenece a este puzzle que no es el mío. Es raro.



Bajaba todos los días a la bocatería a ver si me la cruzaba. Pero nunca coincidíamos. Aunque tuviera su móvil detrás de una tarjeta, pero quería seguir perteneciendo a este puzzle que sé que, en el momento que actué, se destrozará.

Era jueves y el viernes me lo quise pillar libre. La fiebre “Virginia” se me pasó y nuevamente me senté en el sofá dispuesto a ver una película que un amigo me aconsejó: Olvídate de mí, de Jim Carrey. Tras darle al Play y llevar la película un par de minutos, me encontré la tarjeta de Virginia como posavasos debajo de un vaso de whisky que me tomé hace un par de días.

Tenía un círculo marcado mojado causado por el apoyo del vaso y que borraba parte de la tinta del número de teléfono, pero aun se podía ver.

Esto me hizo volver a darle vueltas a todo aquello que pasó en esa noche: no paso nada, pero es esa sensación que te queda de que algo había en el ambiente, algo que te cosquilleaba el estomago y que no deseabas por nada del mundo que pasarán dos horas antes de irse a su trabajo.

Finalmente me decidí: me vestí rápidamente, me peiné y me fui al garito donde ella trabajaba. No estaba muy acostumbrado a conducir de noche, ya que apenas salía de noche, ni siquiera por una urgencia.

Eran las una de la madrugada y estaba lleno. Y ahí estaba yo: con el cuello como el de una jirafa, subiendo la mirada al máximo y buscándola. Finalmente, muy a lo lejos, sobretodo por la gente que tenia que apartar, estaba ella, tan guapa como siempre. Y su canalillo.

Tras diez minutos haciéndome hueco entre la gente conseguí llegar a la barra. Me puse delante de ella, pero de las prisas que llevaba sirviendo copas y cobrando, no se dio cuenta. Al alzar la cabeza para dirigirse a mí, y antes de preguntar:

- Dime… ¿Antonio?... Pensaba que te habías olvidado de mí.
- Creo que mo tenia que haber venido… estas trabajando y…
- No, para nada. Quédate aquí… me gusta que hayas venido…

Le pedí un whisky solo y me quedé allí, apoyado en la barra y observándola. A veces tenia que apartar la vista ya que no quería parecer el típico salido que se queda embobado con las camareras porque no piílla con las demás chicas…

- Voy a recoger copas… no te vayas, ¿eh? – me decía ella mientras pasaba por mi lado y se perdía entre la aglomeración de los jóvenes.

Durante un cuarto de hora no la volví a ver y ya la estaba echando de menos. Me volví hacia la barra y me quedé mirando el primer televisor plasma que veía, donde echaban videos clips de las canciones más comerciales que había en ese momento.

Ella volvió, sin darme cuenta y se me acerco al oído susurrándome:

-Bésame.

Giré su cabeza hacia ella y le di un beso pequeño, suave, corto, pero con gran intensidad. No queríamos despegarnos en ningún momento, pero ella trabajaba y fue quien cortó el beso.

Se fue detrás de la barra y siguió con su trabajo. Me miraba y yo la miraba.

Me quedé hasta las 7, cuando empezó a vaciarse el local. Ella habló con su jefe y le dejó irse antes. Cogió su bolso del ropero y me cogió de la mano para irnos corriendo.

Allí, en el primer portal que encontramos, nos metimos y nos pusimos a besarnos de forma pasional.

Amanecía. Finalmente nos dirigíamos al aparcamiento subterráneo donde teníamos los coches. Allí quedamos en mi casa para vernos ahora, una vez que llegaremos.

Cada uno fuimos a por nuestro lado pero en 20 minutos nos veíamos en el portal de mi casa.

Salí de la ciudad y tras desaparecer los edificios el sol me escandilaba de frente. Apenas podía ver la carretera. Tomé una curva como recta y me estrellé contra el quitamiedos. Iba a 90 km por hora y el quitamiedos no aguantó esa velocidad. Acabé cayendo al mar, ahogado. Muerto en el acto. Pero contento.




“La vida es como una obra de teatro. Cada uno de los que estamos sobre el escenario, tenemos un papel, un rol, y de ahí no podemos salir. Cada uno estamos hechos para cumplir dichos roles. Y si no lo cumplimos, destrozamos la obra.”



martes, 3 de noviembre de 2009

Las Cataratas de Iguazú (Argentina - Brasil)





Este destino solo se puede definir de una forma: Increible.

viernes, 23 de octubre de 2009

(500) días juntos

Dirigida por Marc Webb.

Género: Comedía romántica.

Banda sonora: VV. AA

Año de estreno en España: 28 de octubre

Reparto: Joseph Gordon- Levitt, Zooey Deschanel, Geoffrey Arend, Chloe Grace Moretz, Matthew Gray Gubler,Clark Gregg,Patricia Belcher, Rachel Boston,Minka Kelly, Charles Walker (Fuente: Filmaffinity).

Sipnosis y crítica: (500) días juntos no es la típica película romántica... o tal vez si... no sé, la verdad que muchas películas románticas no he visto. Pero de las que he visto, esta es las que más me ha gustado.

Summer (Zooey Deschanel... adoro esta mujer...) es una chica que se traslada a la ciudad de Washington a trabajar, en busca de grandes emociones y aventuras. Y por ello, que mejor emoción que trabajar en una empresa que se dedica a hacer tarjetas de felicitaciones. Allí conoce a Tom (Joseph Gordon-Levitt... que me recuerda muchísimo al desaparecido Heath Ledger) y este se enamora de ella (lógicamente ¡¿Quien no, por favor?!).

Pero aquí los papeles típicos de los personajes de las películas románticas cambia. Ella, como las chicas de hoy en día, no busca nada serio, si no aventura y pasárselo bien. El no, busca algo formal y con quien realmente estar, si hace falta, toda su vida. Aunque ella, muy a pesar suyo, solo se ven como amigos, pero el no lo llega a entender: unos amigos no se besan, no se cogen de la mano y ni siquiera mantienen sexo. Aunque ella nota que él esta completamente enamorado, ella no. Simplemente lo esta conociendo... como amigo.

La película en si no es lineal, no es: se conocen, se enamoran, salen juntos, se besan, mantienen sexo, se pelean y adiós. Si no que te cuentan en saltos las partes más relevantes de su relación, a través del número de días que están juntos.

Aparte de todo el argumento refleja muy bien el escenario actual de las relaciones que los jóvenes mantenemos, por lo que te hace sentirte muy identificado tanto con Tom (en mi caso) como con Summer.

También el director, Marc Webb (su primer largometraje), acierta con tres personajes secundarios: el amigo y compañero de curro, la hermana menor como consejera amorosa y la voz en off. En esta película aparece el actor Matthew Gray Gubler, otro amigo de Tom, que nos tiene poco acostumbrado a hacer de golfo, algo que en la serie de televisión Mentes Criminales no refleja precisamente.

La banda sonora impecable y los actores interpretan tan bien y tan reales que parecen que la historia es real (bueno, habrá historias iguales a esta todos los días en todas las partes del mundo...), incluso, en ocasiones, se te pasa por la cabeza esa frase: "Eso me pasó a mí" o "Te entiendo, Tom". Es decir, llegas a identificarte, a empatizar y a solidarizarte con alguno de los personajes, algo que en muy películas románticas (o cualquier tipo de género) consigue.

De 0 a 10 le doy un 10, así de claro. Creo que mi calificación se justifica muy bien con todo lo que anterior he descrito. Y no hay nada que consiga bajarle la notaza.

lunes, 24 de agosto de 2009

Enemigos públicos (2009)

Dirigida por Michael Mann.

Género: Thriller, Gangsters

Banda Sonora por Elliot Goldenthal.

Año de estreno en España: 14.08.2009

Reparto: Johnny Deep, Christian Bale, Marion Cotillard, Channing Tatum, Giovanni Ribisi, Billy Crudup, Stephen Dorff, James Russo, David Wenham...

Sipnosis: narra la historia de Melvin Purvis (Christian Bale), el agente del FBI que en la América de los años treinta lideró la búsqueda del legendario atracador de bancos John Dillinger (Johnny Depp) y su banda. (Fuente: Filmaffinity)


Crítica: Sólo una palabra define esta película: Maravillosa. Como Jhonny Deep (siempre echo un crack para encarnar personajes curiosos) consigue transmitirnos la personalidad de este ladrón de bancos de Chicago. A la vez que, la maravillosa y guapísima Marion Cotillard enamora con ese personaje de la capas bajas de la sociedad de los años 30, tristona, hasta que llega el caballeroso y casanova John Dillinger que se encabezona en conseguir a la chica, que en un principio lo considera un fantasma.

A parte de los personajes, que ambos me han gustado, algo menos el personaje de Christian Bale, ya que, personalmente, siempre me han atraído los personajes malos, ese personaje que siempre hemos querido parecernos a él; los enfoques que hace el director, Michael Mann, consigue mas realismo que otros no consigue. Mucha gente apenas esto le presta importancia, pero es quizás una de las cosas mas importantes del cine (es una pena que no exista Oscars para los cámaras, que son los que realmente nos transmiten el ambiente de la película). En ocasiones enfocan a la ciudad, a la vista del personaje, la reacción en primera persona, el momento en el que sale corriendo… todo eso, acostumbrados a cámaras mas “quietas” y sin personalidad, consigue meterme en el papel de John Dillinger ( o el agente Purvis, cada uno como prefiera).

La ciudad perfectamente decorada en esos tiempos, coches de época, la vestimenta de los personajes, las armas…

Banda sonora espectacular. Nunca había escuchado una banda sonora dirigida por Elliot Goldenthal (también ha dirigido otras BSO’s como la de Heat, Batman y Robin y Entrevista con un vampiro), pero realmente me ha encantado. Y también las canciones compuestas por el grupo Otis Taylor, utilizando siempre un instrumento poco conocido personalmente: el Banjo.

Es curioso como le he puesto un 9 a pesar de lo mucho que me gusta la película, pero, no se, hay algo que no me hace ponerle un 10… quizás con el tiempo madure y me guste más…

Aquí os dejo su canción más conocida de la BSO y algunas imagenes:





jueves, 16 de julio de 2009

Manolo y Lucas (Cita Erronea I)

Nombre: Manolo
Edad: 26 años

¡Un crack! ¡Así me definen! ¡UN PUTO CRACK! ¿Te he enseñado mis bíceps? ¡Mira, mira! ¡¡Tomaaaa!! ¡¡La ancla de Popeye!! ¡Jajajaja!

Nombre: Lucas
Edad: 25 años

Mi madre… si, si… yo lo digo abiertamente: Mi madre me ha obligado a que venga. Dice que me vaya echando novia que 25 años y viviendo con ellos…

Lugar de la cita: Bar de Tapas Corazón del Poniente
Hora: 22.00

M: ¡Ole que curvas! ¡Y yo son frenos! ¡¡Guapa! ¡¿Quién te pillara?!... Madre mía, ¿Cuándo llegará mi cita? ¡Ya se! ¡Me ha visto con estos músculos y se ha asustao!
L: Per…per… perdona… Creo que ha habido una confusión… Yo había quedado con Silvia… y tu de Silvia…

Manolo: ¡Me cago en el Luisma! ¡¡Ya me ha engañado!! ¡¡¡Que no quiero citas gays!!! ¡¡¡QUE NO SOY GAY!!!

L: Digo que será una confusión…
M: ¡Va! No te preocupes… Vamos a tomarnos unas tapillas y hablamos… ¡Tío! ¡¡Una quedada de colegas!!
L: Pero si no me conoces de ná…
M: ¿Cómo te llamas?
L: Lucas
M: ¡Pues ala! ¡Ya te conozco!

Lucas: Hombre, me esperaba a Silvia, la chica que me enseñasteis por el catalogo… pero bueno… si luego me lo recompensáis… Además ¡Qué coño! Quedar con un tío no viene nada mal…

Lugar de la cita: Discoteca Bajo El Cerezo
Hora: 01.15

M: Tío, te voy a decir una cosa: me lo estoy pasando de puta madre esta noche… ¡Y sin tías! ¿Te he enseñado mis músculos?
L: Me lo has enseñado, por lo menos, 6 veces… Y me alegro que te lo estés pasando tan bien… la verdad que, cuando me he dado cuenta de se habían equivocado, y habíamos quedado dos tíos, he pensado: ¡Madre mía! ¡La que me toca esta noche! Pero la verdad que estoy divirtiéndome, si…
M: ¡Joder, tron! ¡Me vas a emocionar! ¡¡Vamos a darnos un saludo de pecho!!

Lucas: La verdad que si, que me lo estaba pasando muy bien con él… además, con lo cerrado que soy, me abrí un montón…
Manolo: ¡Lucas es mi tron! De verdad, no he conocido tío más buena gente en mi vida… ¡Ni el Luisma le gana! ¡Joder! ¡¿Y bailar?!... Como el culo…


M: ¡Mira, mira esas pibis! Tirale, socio… ¿No ves como te están mirando?
L: Va, tío, paso…
M: Tío, que te ha chequeado de los pies a la cabeza…
L: Va, tío, que no…
M: Vamos, Lucas, ¡Que tienes que ser un puto león en la cama!

Lucas: Un león…

L: Soy… virgen, Manolo, soy virgen.

Manolo: ¡Ostia bendita! ¿Pero eso existe de verdad?

M: ¡Socio! ¿Pero como puede ser eso? ¡Pero si te he visto como mirabas a la rubia de la barra y parecías que te la comías con la mirada!
L: Si ahí esta la cosa… que necesito…
M: ¿Y nunca has…?
L: Nunca, ¿Qué?
M: Nunca…
L: Nunca… ¿Qué? ¡Explícate, Manolo!
M: ¡¡Coño!! ¡¡Con putas!!
L: No, nunca…

Manolo: ¡Este no ha conocido la marcha de Manolo! ¡¡Este va a follar más que un conejo de campo en toda su vida!!

L: Mis padres siempre me han mantenido en un ambiente muy protector y conservadurismo y nunca me ha dejado salir con chicas y con chisco fuera del círculo de la familia… Una vez se me puso mi prima enfrente con el culo en pompa y…
M: ¡¿Y que?! Digo yo que le diste aunque fuera una palmada en el culo…
L: Que va, le vi. asomar el tanga por encima del pantalón y me tape los ojos…

Manolo: Este Lucas hay que darle marcha para que recupere todos los años perdidos…

M: Mira… ¿Lo ves? Grande, ¿eh?
L: Si, bueno, si…

Lucas: ¡Se empeñó que le viera su… cosilla…!

M: ¡Años de gimnasio! ¡Pesa arriba, pesa abajo! ¡Y claro, si los brazos crecen... lo otro también! ¡¡Jajaja!! A ver, enséñame el tuyo…
L: A mi es que me da cosilla…
M: ¡Déjate de tonterías! ¡¡Enséñamela!!

Lucas: Se la tuve que enseñar…

L: ¿Manolo? ¡¿Manolo?! ¿Te pasa algo? ¡Por favor, una silla que se desmaya!

Manolo: Años perdidos…

M: ¿Y dices que nunca has pisado un gimnasio? ¿Y que siempre sacabas un 5 en educación física?

Manolo: ¡¡Un trabuco de 25 centímetros de largo por lo menos!! ¡¿Y de grosor?! Madre mía…
Lucas: ¿Tan pequeña la tengo? Míramela a ver…

L: ¿Estas mejor, Manolo?
M: Si me traes un JB con Coca – Cola estaría de lujo… Que te iba a decir… ¿Sabes lo que posees?
L: No lo se, lo tengo en la Caja Rural y es mi madre la que lleva la cuenta…
M: ¡Digo entre las piernas, zoquete!
L: ¡Ahh! Hombre, anda en la media… ¿no?

Manolo: Lo que yo digo… El destino estaba hecho para que este chico le enseñara la vida nocturna…

M: Bien, vamos a ver… ¿Ves esa rubia? ¡Pues acércate y baila con ella!
L: Hombre, yo soy mas de pasodobles que del reggaeton…
M: ¡Nada! Acercarte, habla con ella y pega un par de pasos con ella...
L: Bueno, te haré caso…

Manolo: Siempre quise actuar como un hermano mayor… lo que pasa que nunca tuve un hermano pequeño…

M: ¿Qué, que te ha dicho?
L: Hemos empezado a hablar, a conocernos, a bailar... ¿Sabes que esta en la misma parroquia a la que yo voy?
M: ¡Va, va! ¡¡No nos desviemos, Lucas!!
L: Pues eso… y que me ha invitado a que vaya a su casa después de unas copas…
M: ¡¡Tomas ahí ese Lucas!!

Manolo: Creo que me voy a emocionar, sinceramente…
Lucas: Cuando le diga al cura que se esta “despingolando” esta chica, veras como la echa…

M: Dile que me presente a alguna amiga o algo, no se…
L: Venga, se lo voy a comentar y si te hago una señal te vienes…
M: ¡Bien! ¡¡Esta noche mojamos, Lucas!! ¡¡Mojamos!!... Que no me estoy ilusionando, ¿eh? Que yo estoy ya harto de irme todos los días…

Manolo: ¡¡Ehh!! No os creáis que yo… Todos los días pim, pam, pim, pam…
Lucas: Si, al final tenia una amiga que nos la presentó… esta muy bien. ¡Vamos! A Manolo le gustó bastante y se puso a hablar con ella…
Manolo: Bueno, pillamos una… Los cuatros con una cogorza… copa tras copa, venga, y venga, sin parar, ya fuera cerveza, que whisky, que ginebra, tequila…
Lucas: Si, luego nos fuimos a la casa de ellas, que eran compañeras de piso y decían que les iba los “jueguecitos”…
Manolo: ¿Jueguecitos?.. Ummm… Jueguecitos… Al día siguiente…

M: Buenos días, cariño… ¿Qué tal esta noche? ¡Uy! Que carilla tiene… Que… que… que carilla tienes tan… pinchante… Me cago en la…
L: ¡¡¡¡MANOLO!!!!
M: ¡¡¡¡LUCAS!!!!
L: Ave Maria Purísima…
M: ¡¡ ¿Pero que mierda ha pasado?!! ¡Ay tronco, ay tronco! ¡Veras si no, que tu y yo…!
L: Hombre, el culo lo siento rarillo…
M: ¡¡Ostias, igual que yo!!
L y M: ¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!!!!!

Lucas: Así quedo la cosa, al final el y yo fuimos los que nos iban los jueguecitos…
Manolo: Tronco, como le deis mi numero de teléfono a este chaval os corto las manos, ¿clarito? Madre mía, cuando las chonis de mi barrio se enteren ya pierdo todo el prestigio que me he ganado durante años…Ahora cuando vaya al gimnasio y se me caiga el jabón, ¿Qué?
Lucas: Hombre, ya hemos quedado el martes que viene en mi casa… Me ha dicho que me llevara esto… como se llama… ¡Vaselina!
Manolo: ¿Qué Lucas va diciendo eso de mí? ¡¡Por favor!!
Lucas: Yo lo reconozco: al principio te sientes mal, pero luego te gusta.
Manolo: ¡Vamos! ¡Yo de maricon nada!... ¿Perdón?... ¿El bote de vaselina que tengo en esta bolsa? ¡Pero quien te manda a ti a hurgar en mis cosas!